Un James Bond posmoderno en divertido choque cultural
La secuela de "Kingsman" muestra a su director, Matthew Vaughn, totalmente desatado gracias al éxito de taquilla del film original, lo que lleva a que la continuación de las andanzas del joven espía Taron Egerton. adiestrado por el veterano agente secreto Colin Firth, sea igual o aun más divertida al incluir nuevos personajes delirantes. Empezando por la villana, Julianne Moore, quien luego de monopolizar la venta global de drogas usa a todos los consumidores del mundo como rehenes en una negociación con el presidente de los Estados Unidos.
Justamente la nueva "Kingsman" une a los agentes secretos ingleses con sus pares norteamericanos, los "statesman", en cuyas filas militan Jeff Bridges y una irreconocible Halle Berry, y el choque cultural entre los dos estilos de espías da lugar a gags memorables. Pero la película de Vaughn no sólo es muy divertida sino imaginativa a todo nivel, empezando por las creaciones robóticas y gadgets; los decorados lunáticos y la utilización de actores claves, incluyendo al propio Elton John interpretándose a sí mismo en una serie de secuencias sin desperdicio.