Esto ya se ha visto
Llega a los cines la secuela de Kingsman, la producción de Matthew Vaughn de 2014 que, sin haber sido pensada para tener una segunda parte, aprovecha el éxito de su antecesora para traernos una nueva historia de estos agentes secretos tan particulares. A la presencia del reparto original compuesto por Colin Firth, Mark Strong y Taron Egerton se suman las adquisiciones de Chaning Tatum, Halle Berry, Julianne Moore, Jeff Bridges, Michael Gambon y una genial participación de sir Elton John.
Sin contar con la frescura y novedad de la primera película que, a partir de su paródico sentido del humor y de muy buenas actuaciones protagónicas, supo ganarse el aprecio del público, esta secuela viene a cumplir con la difícil misión de hacer sus propios méritos fílmicos con un origen obligado dado el boom de taquilla que resultó ser su predecesora. Todos estos antecedentes posiblemente expliquen el traslado de la acción a un contexto americano y ya no tan británico, la inclusión de muchos actores y actrices de renombre, un mega presupuesto orientado a la acción y la variedad de locaciones y un antagonista de mayor presencia en pantalla a cargo de la mencionada Julianne Moore.
Lo que tenemos es a una malvada villana que vive recluida en su cuartel general dado que su principal fuente de ingresos, el tráfico de drogas a nivel mundial, no le permite salir mucho a la puerta que digamos. Pero El Círculo Dorado, como fue bautizada su organización criminal, tiene tal alcance que, con solo oprimir unos pocos botones, puede prácticamente aniquilar al Servicio Secreto británico conocido como Kingsman. Este ataque, que deja en pie solamente al querido Eggsy (Egerton) y al hábil Merlín (Strong), obliga a estos héroes a trasladarse a América donde, oh casualidad, existe una organización idéntica a Kingsman pero yankee. Todo esto ocurre mientras el bueno de Eggsy trata de hacer buena letra con sus suegros, reyes de Suecia, encuentra la forma de que su amigo y mentor Galahad (Firth) recupere la memoria y a su vez idea un plan conjunto con los amigos estadounidenses para ponerle fin a los planes del Círculo Dorado que incluyen un virus mortal ya distribuido por medio de sus drogas que amenaza con borrar de un plumazo a casi toda la población mundial si no obedecen sus órdenes de legalizar el uso y tráfico de los narcótios que ellos mismos venden. Exacto. Muchas cosas juntas.
Con sus extensos 141 minutos de duración, Kingsman: El Círculo Dorado apela a una extensa lista de actores consagrados -muchos de ellos desaprovechados-, a una villana bastante estrafalaria y bien compuesta por la enorme Julianne Moore, varias líneas de acción que por momentos se molestan entre sí, buena carga de acción, algunos giros poco creíbles y el mismo humor satírico de las películas de acción y agentes secretos que ya habíamos visto en la primera para intentar estar a la altura de ese precedente que, en su secuela, encuentra una copia bastante ruidosa y rimbombante en vez de una historia distinta y que desafíe lo ya visto como parecía pedir a gritos dadas sus propias características.