Mezcla bien distintos géneros: Acción, comedia y espionaje. Triunfó en el 2015 con su primera entrega, ahora vuelve su protagonista, el agente Eggsy (actor inglés Taron Egerton, “Volando alto”), es una gran aventura de agentes secretos, donde como siempre están los buenos y los malos, en esta oportunidad en el marco de un plan siniestro que pone en peligro al planeta y sus habitantes.
Cuando Merlin (Mark Strong) y Eggsy lo pierden todo ante un ataque, logrando sobrevivir, comienzan a investigar y se encuentran con una base secreta de Kingsman en los Estados Unidos. Terminan uniéndose a estos agentes tan particulares que son: Champ (Jeff Bridges), Tequila (Channing Tatum), Whiskey (Pedro Pascal) y Ginger (Halle Berry) como sus nombres lo indican sus negocios están relacionados con el alcohol. Aunque algunos personajes aparecen poco.
Deben enfrentarse a una villana multimillonaria de nombre Poppy (Julianne Moore), bastante excéntrica que tiene algo especial en su personalidad y convive con otros temibles personajes que la apoyan.
En la cinta hay un personaje muy especial: Elton John, que hace de sí mismo. Su narración nos da un buen movimiento de cámara, planos secuencias, un vestuario acorde a su ambientación a la época, más locaciones, con más personajes que son verdaderos cowboys.
Nos entregan escenas disparatadas, de acción que son espectaculares, humor negro, absurdo, parodia, sátira a James Bond entre otras, todo bien exagerado. Este es un director bastante creativo, su reparto es enorme, aunque es bastante previsible y entretenida.