El renegado del diablo.
Kóblic es una historia simple pero intensa, que cuenta una historia dramática con ritmo de western. No es una joya del cine argentino, pero es una propuesta muy bien concebida en todos los planos: narrativo, actoral y cinematográfico, y sin ser excepcional, es altamente efectiva.
El protagonista no busca redimirse, sino huir. De eso se trata el relato: la crónica de un fugitivo que escapa del espanto. En el trámite narrativo, Borensztein logra retratar eficazmente la Argentina de los 70´ desde sus entrañas geográficas, apelando a personajes y paisajes sombríos. Hay un gran trabajo de cámaras, un muy buen guión y, sobre todo, una soberbia interpretación de Oscar Martinez, que eclipsa a Darín, no por talento, sino porque le tocó el papel más exigente.
Kóblic es una muy buena adición al casi inexistente cine de suspenso nacional, y que una película de género se encare con tanto profesionalismo y compromiso es sinceramente una enorme noticia para la industria doméstica. Atrapa y gratifica, y como tal, merece verse.