KON-TIKI nos sitúa en 1947, cuando el mundo se sorprendió por el entusiasmo de un joven antropólogo y aventurero, quien emprendió una expedición asombrosa y peligrosa: un viaje de 8.000 kilómetros a través del océano Pacífico a bordo de la balsa Kon-Tiki, una embarcación que se deshace, rodeados de peligros. Si bien el guion no profundiza en el interior de los personajes y las actuaciones resultan demasiado teatrales, resulta una historia interesante, reveladora y profundamente humana que bucea en la obsesión de un hombre por probar hasta las últimas consecuencias sus teorías. Sin ser un prodigio técnico, el filme cuenta con algunas escenas bellamente filmadas y rescata el espíritu de las aventuras clásicas.