Gran recreación de epopeya demencial
"Ninguna investigación cientifica puede desarrollarse detrás de un escritorio" asegura Thor Heyerdal en un momento clave de esta gran película histórica y biográfica, que también puede verse como una de aventuras. Los que recuerdan el viejo documental ganador del Oscar sobre la odisea de la balsa Kon-Tiki, saben la increíble dimensión de esta epopeya demencial para demostrar, de manera empírica, que los habitantes del Perú precolombino navegaron en balsa 8 mil kilómetros de Océano Pacifico para llegar a habitar la Polinesia.
Una cualidad especial de este nueva "Kon-Tiki" es poner el énfasis justamente en lo alocado de la odisea, empezando por detalles como que el mismo Heyerdal ni siquiera sabia nadar, o que uno de sus principales asociados y camaradas de la aventura no tenía la menor experiencia marítima, ya que era sólo un vendedor de heladeras al que conoció en un bar neoyorquino de mala muerte.
La ambientación de época es de gran nivel y especialmente rica en imágenes, teniendo en cuenta que va desde la niñez del arqueólogo aventurero en Noruega, hasta la década que vivió como un indígena de piel blanca en la Polinesia buscando los secretos del Dios Tiki, pasando por los intentos en Nueva York para conseguir fondos para su expedición y los meses previos en Lima donde, varado y sin dinero, pidió ayuda al presidente peruano (con el gran argumento de que "los antiguos peruanos descubrieron la Polinesia").
Por supuesto, las cosas se ponen más intensas cuando la Kon-iki se hace a la mar, y en este sentido hay que decir que los codirectores Roenning y Sandberg exponen la expedición no sólo con el suspenso y la angustia del caso, sino con la crueldad y delirio de un asunto que terminó bien casi por milagro. Se podria decir que esta era una historia digna de Werner Herzog. El ritmo no cesa nunca, y las imágenes son deslumbrantes. La película esta formidablemente bien filmada y narrada, y el score musical atrapa al espectador mucho después de terminada la proyección. Dado que también hay sentido del humor, y hasta algunos vericuetos de la vida personal de Thor Heyerdal, se podria decir que otro gran logro de "Kon-Tiki" es tener algo que ofrecer a espectadores de los gustos mas variados.