Kon-Tiki es un triunfo de la cinematografía noruega, de la europea en general si vamos al caso, ya que pocas veces se puede ver una producción extranjera tan bien lograda, arriesgada y visualmente poderosa. No hace mucho, Hollywood vio el caso de un náufrago en circunstancias extraordinarias con Life of Pi, que personalmente fracasó en lograr una conexión humana con su protagonista. En cambio, la aventura presentada por Joachim Rønning y Espen Sandberg es, como reza el título, un viaje fantástico no de aventuras, si de aventureros. La temida monotonía que aparentemente conlleva este tipo de películas, la suple con escenas maravillosas de naturaleza salvaje bastante sobrecogedoras.
Entre los méritos de la película resalta la fidelidad a los hechos históricos. Si bien esto aporta poco a los que esperaban un film lleno de intriga o un drama psicológico entre quienes cruzaron en una reducida balsa el portentoso Océano Pacífico, el film hace hincapié en subrayar la aventura magnífica de lo que significa estar en medio de un océano al margen de cualquier civilización y de lo que significó para los hombres de hace 1500 años realizar un viaje en balsa hacia lo desconocido, cuando aún no existían mapas prestablecidos, cuando el encuentro con las islas de la Polinesia no era más que una reducida posibilidad y cuando la navegación era un paso a lo inexplorado. La premisa principal trata de la superación de uno mismo, la lucha de Thor Heyerdahl -un magnífico Pål Sverre Hagen- por cumplir sus sueños y demostrar su teoría. Aunque le cueste la vida, aunque le haga separarse de su mujer y sus hijos, él vive para su sueño. Es una de esas obras inspiradoras, creadas para que al terminarla inunden las ganas de realizar todo lo que no se ha hecho en la vida. Puede que luche por encontrar un nicho para un público correcto -intenta ser una aventura mágica con momentos de animales submarinos de forma preciosa para luego ver escenas bastante gore, con lo cual puede resultar infantil para adultos y para niños lenta y sangrienta- pero suple la carencia de tono con una buena dirección y sustancia, lo que hace que la próxima película de la dupla noruega, la quinta entrega de la saga Piratas del Caribe, sea un espectáculo digno de ver en el futuro.
Kon-Tiki es un film muy bien construido y relatado, las escenas en alta mar son magistrales, algunas hermosas y otras poéticas, algunas calmas y otras agresivas entre el sinfín de odiseas que estas personas tuvieron en su viaje. Algunos momentos de tensión están muy bien manejados, pero sobre todo es una historia que trata de mostrar ésta travesía de la forma más realista posible.