Espíritu de aventura en estado puro
Dos directores noruegos decidieron recrear la legendaria historia del investigador Thor Heyerdahl, que en 1947 construyó una balsa y se fue a navegar por el Océano Pacífico para demostrar que Polinesia se pobló desde Perú.
Tal vez para las generaciones actuales Kon-Tiki no signifique mucho, pero años atrás la mera mención de ese nombre era sinónimo de aventura. Kon-Tiki es el nombre de la balsa con la cual el investigador y biólogo noruego Thor Heyerdahl emprendió una de las expediciones más famosas del siglo XX.
Kon-Tiki Un viaje fantástico es una película de ficción de origen noruego que cuenta esta famosa historia y posiblemente sea para muchos espectadores la primera aproximación a esta aventura. Thor Heyerdahl estaba convencido de que la población de la Polinesia se había producido desde Sudamérica y no desde Asia como hasta ese momento todos creían. Como la mayor objeción que encontraba era que nadie creía posible un viaje así 1500 años atrás en una balsa precaria, Heyerdahl decidió construir una balsa con materiales autóctonos peruanos y sin ningún elemento moderno, y emprender junto con una pequeña tripulación el viaje que podrían haber realizado los habitantes precolombinos. El resto es historia conocida, aunque la película se encarga de que cada peripecia y conflicto que los navegantes sufren se viva a flor de piel.
Kon-Tiki logra que la aventura en el estado más puro se convine con un sutil tono documental, donde las situaciones, aun dramáticas y cinematográficas, no parecen estar llenas de artificios de ficción. La belleza de la película es también un agregado extra que conmueve profundamente.
En su momento, Thor Heyerdahl escribió un libro que se convirtió en un best-seller traducido a docenas de idiomas y realizó un film documental que llegó a ganar el Oscar. Hoy, en 2013, donde la aventura parece acorralada en un mundo menos romántico, esta nueva película nos invita a recordar el espíritu y el hambre del ser humano por descubrir, explorar e ir más allá. Tal vez este film noruego sea para muchos algo demodé, pero tal vez sea por eso que su valor es doblemente importante. La grandeza y la belleza de lo que cuenta, así como la descripción de los aventureros que se lanzaron al mar, es conmovedora y movilizadora a la vez. Kon-Tiki es un logro tan heroico y valiente como la historia que cuenta. Y para los que aman la aventura, dentro y fuera del cine, es una película de visión imprescindible.