Este reboot del mítico primate, tiene una misión clara. Crear un universo amplio que se pueda no solo transformar en una saga, sino, que se pueda cruzar con otras franquicias, entre ellas, Godzilla. Con eso en mente, nos unimos a un grupo de soldados y exploradores, que en la década del 70 viajan a una isla del pacifico, para encontrarse con una fauna detenida en el tiempo, donde reina el gran “Kong”. Si bien la película responde correctamente al género, teniendo secuencias espectaculares, el gran problema que tiene es exactamente ese. En su afán de que la gente “disfrute” el 3D, se transforma en un vehiculo que solo trata de dar eso, tornándose por momentos una orgia de imágenes creadas por computadora, sin prestarle atención a si encaja con el resto de la película, el tono, etc. Es mas, por momentos parece ser una película dirigida por dos personas distintas, por un lado un fanático de Apocalipsis Now y películas clásicas de guerra, y por el otro, un diseñador de video juegos fanáticos de los efectos especiales. Con todo esto en consideración, la película no aburre, pero como siempre, la posibilidad de lo que podría haber sido, amarga lo que es.