Hace mucho que no arranco una crítica con la frase “está película es una fiesta” y Kong: La isla calavera lo amerita mucho.
La pasé genial de principio a fin a tal punto que casi ni pestañé. Es puro entretenimiento y del bueno.
¿Entonces es la mejor película del mundo? Para nada. Y de hecho muchos le pegarán por diversos motivos. Pero lo que hay que tener en cuenta que el film cumple lo que pretende y muy bien.
Primero y principal quiero destacar la dirección de Jordan Vogt-Roberts, quien viene de hacer una muy buena coming of age llamada The kings of summer (2013).
Pero a diferencia de ese film chiquito aquí maneja un gran presupuesto por primera vez y da la sensación de que es un director experimentado con eso.
No solo por los efectos especiales (que en realidad son mérito de otras personas) bien utilizados sino por la narrativa y los geniales planos que logró para mantener la tensión.
Más aún teniendo en cuenta que el guión por muchos momentos hace agua, sobretodo en el desarrollo de personajes.
Ese es el punto más flojo del film y no por sus actores sino porque está muy mal hecha la generación de vínculos y tienen demasiados clichés.
Tom Hiddleston tiene mucho carisma y toda la pasta de estrella pero su interpretación en este film no me causó nada.
Algo parecido me sucedió con Brie Larson, una de las mejores actrices del momento pero que aquí no tenía nada que hacer.
El papel que más disfruté, pero por lo exagerado, es el de Samuel L. Jackson. Su personaje tiene los mejores momentos sin dudas.
También disfruté mucho que todo el film ocurra en la isla. Eso es algo que había quedado pendiente del film de 2005 de Peter Jackson, y aquí se amplió muy bien, lo mismo que todo ese mundo. (IMPORTANTE: hay escena post créditos).
Kong: la isla calavera es para pasar un rato genial en el cine, a puro entretenimiento para todos los sentidos.