Aquel que haya visto Apocalypse Now recordará el espectáculo visual provocado por el napalm, la formación de helicópteros delante de un cielo anaranjado y el humo de colores desperdigado por todos lados. El que haya hecho lo mismo con Jurassic Park -o la reciente Jurassic World– traerá a colación las peleas entre humanos y animales gigantescos, así como también de los propios colosos. La nueva película acerca del simio Kong se atreve a combinar su propio universo, creado en el ’33, con los mundos salvajes de Francis Ford Coppola y Steven Spielberg. Con el nada pretencioso pero difícil objetivo de entretener ya cumplido, el espectador no olvidará de Kong: Skull Island sus efectos visuales, una selección de escenas sumamente estilizadas -dirigidas con maestría por Jordan Vogt-Roberts– y su reparto secundario.