Konstruktion Argentina es un documental que nos descubre el legado alemán en la arquitectura argentina.
Argentina fue un laboratorio de combinaciones culturales donde varios países dejaron una huella. Al cumplirse 100 años del nacimiento de la Escuela de la Bauhaus, inaugurada por el arquitecto alemán Walter Gropius, el realizador Fernando Molnar (Rerum Novarum y Mundo Atlas) se propone, mediante el artilugio de un arquitecto que investiga a la manera de un detective, seguir las huellas de la arquitectura e ingeniería alemana en Argentina. Los lugares que Gropius conoció y otros que, hipotéticamente, pudo haber admirado, aún sin certeza de que los haya visitado.
En sus conferencias, Walter Gropius mencionaba a los silos de Molinos Río de la Plata, construidos en 1903, en Puerto Madero, como símbolo de la modernidad, futuristas, sin derroche de material. En 1998 fueron demolidos, pero en la arquitectura argentina se conservan otros rastros de la influencia alemana en nuestro país. Konstruktion Argentina los rastrea, con un carácter didáctico, belleza en las imágenes y un buen uso de cámaras aéreas. Contiene además, un interesante uso del sonido ambiente y prescinde totalmente de la música como elemento ornamental. Los encuadres y la duración de los planos son perfectos para contemplar la arquitectura sin distracciones.
El documental está lleno de datos curiosos para amantes de la arquitectura y no tanto, sobre lugares y edificios por los que quizás pasemos frecuentemente sin tener mayores datos sobre ellos. Así, nos enteramos de la influencia germánica en la construcción del conjunto monumental de edificios públicos en la ciudad de La Plata: el Palacio de Justicia, el Palacio Municipal, la Catedral de estilo neogótico, el Museo de Ciencias Naturales, el Zoo y el Observatorio astronómico, todo un parque científico y cultural. A la manera de La isla de los Museos de la ciudad de Berlín.
De Buenos Aires, puede citarse la estación Perú de la línea A, la primera estación de subtes de toda Latinoamérica, casi idéntica a una en Berlín, de cuya construcción formaron parte arquitectos alemanes y argentinos formados en Alemania. O el Edificio Comega, que fue el primer rascacielos del mundo construido bajo los principios de la Bauhaus. Además de la arquitectura racionalista que prevalece en el Hospital Churruca. Se menciona también al Banco Nación, del arquitecto Bustillo, que posee una de las cúpulas de hormigón armado más grandes del mundo.
El elemento ideológico mencionado en este segmento hace referencia a la exageración de la escala, con la pretensión de que el ciudadano se sienta sometido al poder del estado. Bustillo es mencionado también por la elaboración de conjunto del Hotel Provincial y el Casino de Mar del Plata, de una escala monumental, a la manera de la arquitectura nazi, imperante en esa época.
Hay otros lugares en el país en el que es clara la influencia de la escuela de la Bauhaus, como el Mercado y frigorífico La Armonía, en Santiago del Estero, construido por un estudio alemán, con una losa parabólica de hormigón armado de estilo futurista. Es curioso, además, el caso del edificio del Automóvil Club Argentino, compuesto por dos cuerpos muy distintos, uno con referencias a la arquitectura imperial del Tercer Reich, el contrafrente refiere a la influencia estética racionalista de la escuela de la Bauhaus. Todo un edificio repartido en ideología.