Artes marciales en digital
Nuevamente la figura inconfundible de ese panda gordinflón que encantó a grandes y chicos hace casi tres años. Su éxito hizo que apareciera la segunda parte, a pesar de las muchas acusaciones que envolvieron a la anterior. Que era una invasión a la cultura oriental, que se tergiversaban códigos ancestrales.
Pero a pesar de todo, la taquilla dijo sí y otra vez la bola de nieve con patas, el hijo de pato oriental, maestre de los fideos al plato, aterrizó en los cines argentinos.
Po es un guerrero dragón. Se supone que está llamado a destinos superiores, mientras protege el Valle de la Paz. Lo acompañan sus amigos de siempre, los colegas y maestros del Kung Fu y sus amigos, los Cinco Furiosos, la eficiente Tigresa, el maestro Mono, la diminuta Mantis, la vivaz Serpiente y la bella Grulla.
Aconsejado por su clásico maestro Shifu, el de los sutiles bigotes, Po deberá emprender con sus amigos un largo viaje para enfrentar a quien se dice terminará con los maestros de Kung Fu del mundo. Se llama Lord Shen, un bello pavo real albino, que según la tradición oriental, es símbolo de buena suerte, riqueza y honor, pero que según esta historia, utiliza sus virtudes para representar el Mal y lograr todo el Poder.
EL PAVO Y LA CABRA
Argumentalmente, la secuela de Kung Fu Panda carece de la originalidad de la primera y sólo aporta, más allá de la simpatía del poco amigo del trabajo Po y sus colaboradores, una parte final en que se revela el secreto origen del oso. Lo mejor del filme son los efectos visuales, las peleas de los amigos enfrentados al majestuoso y maligno Lord Shen y su arma mortal.
A esto se suman las bellísimas estampas de locaciones orientales y algunos nuevos personajes, como el atractivo pavo real albino, villano de la historia y la cabra adivina, que oficia de misteriosa Casandra en la corte del plumífero Shen.
Las escenas emotivas que enfrentan a Po con su identidad, se matizan con flashes que lo muestran bebé y no tan super alimentado como en la actualidad.
También aparecen sus verdaderos padres en escenas que emocionan a los más sensibles. El mensaje del esfuerzo por ser lo que se debe ser y luchar por la identidad son referentes que acompañan la impactante vuelta del Oso Po, con más de doscientas cincuenta copias en las pantallas argentinas y que lo convierten en un verdadero guerrero de la cartelera cinematográfica, en 35 mm, en digital 3D o IMAX 3D.
Aparentemente ningún desafío, en forma de pavo real albino, impedirá que ocupe un importante lugar en las elecciones infantiles, aunque uno extrañe la primera de la saga, menos espectacular, pero más creativa.