Anexo de crítica: Al incorporar el pasado como imagen traumática -que una buena animación tradicional plasma en pantalla lejos de la parafernalia de la tecnología 3D- se puede decir que elementos del drama juegan un rol principal en esta secuela. El humor mezclado con las destrezas marciales se mantiene en buenas dosis pero quien se lleva los laureles no es Po sino su antagonista Pavo Real, un verdadero despliegue visual y de movimiento que la debutante directora Jennifer Yuh sabe aprovechar, así como se luce en todas aquellas secuencias que implican persecuciones y movimiento...