Po el panda, luego de vencer a Tai Lung, adentrarse en el vasto mundo del kung fu y ser reconocido por fin como el Guerrero Dragón, continúa su entrenamiento junto a los cinco furiosos (Tigresa, Mono, Mantis, Víbora y Grulla), bajo la enseñanza del Maestro Shifu, continuando el legado de Oogway, el gran Maestro Tortuga.
Varios Señores del kung fu comienzan a desaparecer de forma misteriosa, por lo que el equipo de animales es enviado a investigar y a encontrar a los Maestros Cocodrilo, Trueno Rhino y Mofeta. Gran sorpresa se lleva todo el templo de entrenamiento cuando descubren que quien está detrás es Lord Shen, un pavo real y formidable guerrero, que fue desterrado mucho tiempo atrás por manipular las artes oscuras de los fuegos de artificio, y vuelve con todo su ejercito de lobos para conquistar China y acabar con el kung fu ahora que posee un arma capaz de arrasar con todo lo conocido.
Shifu legará a Po la última enseñanza del Maestro Oogway, que es el dominio de la paz interior, para liberar un nuevo poder que haga frente a la nueva amenaza, pero el panda cuenta con mayores problemas ya que deberá lidiar con el pasado, su origen y la verdad detrás de su padre ganso, el Sr. Ping, que lo crió desde pequeño. Será entonces que tras resolver todas las incógnitas que Po será capaz de enfrentar al mal y poder vivir el presente, que es lo único que importa.
Kung Fu Panda 2 nos presenta una vez más una historia por demás entretenida en la que se cuenta con gran calidad y maestría, esta vez bajo la dirección de Jennifer Yuh (a diferencia de la primera entrega dirigida por Mark Osborne), las aventuras de los animales antropomorfos amantes de las artes marciales. Esta segunda entrega, contando con un mayor presupuesto y un staff mucho más amplio, es exhibida tanto en la modalidad 2D como en 3D, brindando así la posibilidad de interactuar en el mundo fantástico creado por la gente de Dreamworks y apreciar más de cerca el arte animado de última generación. Contamos nuevamente con la adaptación de las costumbres marciales chinas llevadas a un extremo hilarante en donde, siguiendo el ejemplo del buen cine de Kung Fu Panda 1, se continúa la narración bajo la consecución de planos bellamente creados y agotando con gran criterio todas las posibilidades que brinda hoy el dibujo animado haciendo preferencia nuevamente por la magnificencia de los planos largos, especialmente cenitales que, a diferencia de lo que se puede sospechar, no emanan aire alguno de inferioridad en lo mostrado en pantalla.
Contando con texturas realistas de lo mejor, la comedia que hace entrega la principal competidora de Pixar Animation Studio, nos retrotrae al estilo humorístico de la impecable Megamente (Megamind, EE.UU. 2010), con mayor cantidad de situaciones de gags que su antecesora y con un juego técnico que sobrepasa las expectativas, dando especial cuidado al sonido, con el que se evocan todo tipo de situaciones en donde cumple un rol principal en lo que hace a la historia, como por ejemplo la declaración de guerra de Po a su nuevo enemigo gritando desde lo lejos, dejando la magia surja a partir de planos auditivos que explotan al máximo las posibilidades que brindan las salas y su envolvente sonido.
Jennifer Yuh, primera vez directora de cine, da cuenta una vez más de su capacidad artística, como ya sorprendió en otras ocasiones por su trabajo en producciones tales como (y por solo mencionar algunas), Spirit, el Corcel Indomable (Spirit stallion of the Cimarron, EE.UU. 2002), Madagascar (Madagascar EE.UU. 2005) y la televisiva Spawn (Spawn, EE.UU. 1997); haciéndonos ver, citando en un crossover al Maestro Tortuga y a el Sr. Ping, que “nada es imposible y lo especial de las cosas radica en la creencia de que aquellas son especiales”, los accidentes no existen, lo cual indica sin riesgo a equivocarnos, que Kung Fu Panda 2 es una de las grandes películas de animación del año.