Uno terminaba de ver cualquiera de las anteriores entregas de “Kung fu Panda” (2008 y 2011), y no daba en absoluto la sensación de precisar una secuela. Mucho menos una tercera. Al no tener en la trama ningún elemento que produzca intriga, ningún personaje cuya suerte no haya quedado clara y todos los cabos atados los guionistas tienen más trabajo. Deben reinventar la idea. Licuarla hasta sacar un eje central que justifique luego la prodigiosa técnica de animación puesta al servicio de la historia. Es casi increíble, pero lo han logrado. Jonathan Aibel y Glenn Berger llevaron todo al plano de la unidad familiar, al sentido de la pertenencia y al reconocerse a sí mismo como ser único, esencial, irrepetible. Por si fuese poco, “Kung fu Panda 3” también tiene algo interesante que contar en el aspecto superficial de la trama.
Abrazando al animé como nunca, en especial a la mística de DragonBall y Pokemón, la película arranca en el más allá (otra dimensión, paraíso, o llámelo como quiera). El viejo maestro Oogway (Randall Duk Kim, doblado por Pedro D'Aguillón Jr) se enfrenta a Kai (J.K. Simmons, doblado por Humberto Solórzano), quién al obtener su Chi (alma, espíritu, poder) logra volver a la tierra de los vivos para capturar el de todos los maestros de cada región y así convertirse en el amo invencible. Mientras tanto (aquí viene lo interesante de la cáscara de la trama), Po (Jack Black, doblado por Omar Chaparro), alias El Guerrero Dragón, tiene un nuevo destino en su vida. Es nombrado maestro del grupo, pero claramente no sabe qué hacer con semejante responsabilidad, empezando por tener la certeza de no tener nada para enseñar. Esto que yace en la piel del texto cinematográfico, pone al espectador en el lugar de qué hacer con la ignorancia, o mejor dicho con la transformación de los roles a partir de una “arbitrariedad”. Tanto el siempre desconcertado Maestro Shifu (Dustin Hoffman, doblado por Octavio Rojas) como los compañeros de Po, Tigresa (Angelina Jolie, doblada por Erica Edwards), Mono (Jackie Chan, doblado por Juan Alfonso Carralero), Mantis (Seth Rogen, doblado por Raúl Anaya), Víbora (Lucy Liu, doblada por Liliana Barba) y Grulla (David Cross, doblado por Moisés Iván Mora), están en franco desacuerdo con esto, lo cual es coherente con todo lo acontecido con el Panda desde el inicio de la saga.
Durante el desarrollo de la saga aparecerá, cual culebrón brasilero, un personaje que va a torcer el rumbo de los acontecimientos, y a transformar la vida de Po para siempre. Podríamos decir que aquí es donde hay una suerte de costado dramático que lleva a los pasajes emotivos y a extraer la parte valiosa de un producto pensado y concebido para vender pochoclos. De todos modos, no faltará el fuerte atractivo presente en las anteriores: mucha dosis de acción, mucho humor del bueno (y muy físico) y una compaginación dinámica con buen timing para los remates.
Entretenida, dinámica y con al menos dos buenos planteos profundos, “Kung fu Panda 3” tiene todo para convertirse en uno de los grandes éxitos de 2016.