Kung Fu Panda 3

Crítica de Javier Porta Fouz - HiperCrítico

La fórmula del éxito es ser como vos

Zootopia y Kung Fu Panda 3 están en las carteleras, acá y en buena parte del mundo. Ambas tienen muy buenos chistes y una animación vistosa. Más que eso, una animación refulgente, de detalles asombrosos. En realidad, habría que ver qué sucede al verlas en una década o dos. ¿Cómo se verán Zootopia y Kung Fu Panda en 2030?

Hoy la primera Toy Story la primera tal vez nos parezca rudimentaria en términos de animación y en su momento (hace más de 20 años) nos deslumbró como el non plus ultra de la perfección técnica. La fluidez con la que se mueven los personajes animados y la credibilidad de las olas del mar que no es el mar real cambia con el tiempo. El mar de la vida real registrado con cámaras nos impresiona de forma más inmediata desde los comienzos del cine. Toy Story modelo 1995 hoy en día nos podrá parecer incluso tosca en cuanto a animación, pero su narrativa, su coherencia temática, su cohesión como relato, su entramado emocional, se mantienen con nitidez. Algunos dirán que Zootopia y Kung Fu Panda 3 son fuegos artificiales. No, en realidad los encienden a cada rato pero no logran el fulgor constante. No son películas encendidas, como lo fue Moulin Rouge!, película de llamas rojas y no naranjas. Baz Luhrmann apostaba a una narración básica, míticamente melodramática, ubicada en el cambio de siglo XIX al XX en la ciudad dominante del momento (París) y a partir de eso desplegaba un movimiento deslumbrante, una seducción trabajada en el deseo de un director que cuando falló lo hizo desde el exceso, pero que en esa ocasión estaba en estado de gracia para musicalizar y ubicar su cámara en todos los ángulos soñados a través de decorados artificiosos y ambiciosos.

Tanto Kung Fu Panda 3 como Zootopia planean sus territorios como intentos de deslumbrar: la llegada de la coneja a Zootopia, la llegada de Po a la tierra de los pandas. Cuántos colores, cuántas cascadas, cuántos personajes, cuánto movimiento. Kung Fu Panda 3 tiene grandes cantidades de chistes, y su dimensión slapstick sigue siendo de una efectividad notable. La repetición del chiste de un objeto que vuela y le pega a una panda anciana y esta se cae toma las enseñanzas de la comedia de hace un siglo y las demuestra como perdurables. Las peleas son espectaculares, y también el 3D, y pelea un panda con un pelaje digital hecho perfectamente al detalle. Y hay muchos más chistes con recursos diversos. Y en la versión original están las voces de por lo menos 10 mega estrellas.

Kung Fu Panda 3 es un producto desarrollado -teledirigido- para recaudar en China, con cada vez más referencias orientales y hasta Kung Fu Fighting en chino, formulada así en Imdb: Kung Fu Fighting (Celebration Time) / Written by Carl Douglas / Produced by Al Clay / Performed by Shanghai Roxi Musical Studio Choirs and Metro Voices, London. Un resumen de algo de lo que está pasando entre Hollywood y China lo pueden leer en esta nota http://www.lanacion.com.ar/1880307-un-cuento-chino-que-va-mas-alla-de-kung-fu-panda. La recaudación creciente en Asia ya cambió y cambiará aún más el eje de muchas producciones. En la historia del cine no hay escasez de obras maestras que han ganado mucho dinero. Pero la seguidilla de dos buenos productos y éxitos globales como Zootopia y Kung Fu Panda 3 quizás ayude a impulsar la proliferación de estos relatos faltos de cohesión, cuyos conflictos aparecen en cualquier momento y que se resuelven de forma casi independiente de las otras secuencias, que no tienen un entramado argumental sino una sucesión de situaciones que podrían recortarse o ampliarse según haya que encastrar referencias a otra cosa, o factores de venta en Macao si es necesario. Son películas sin el poder del deseo, sin obsesiones, casi sin torpezas, sin rastros de imperfección ni pasión. Las calificamos como buenas y es lógico, pero quizás no sean exactamente buenas. Son vistosas y eficaces pero carecen de alma. Nos dejan agotados, pero no porque se mueven mucho y están llenas de colores y de chistes. Nos dejan agotados porque tenemos que invertir demasiado entusiasmo emocional para que la experiencia se parezca a ver Toy Story, Ratatouille, Lilo & Stitch o Frozen, todos éxitos animados que recaudaron millones y ofrecieron corazón, cohesión y grandeza.