Una abeja que no pica
En el último tiempo varias producciones cinematográficas buscaron en el arcón de los recuerdos objetos de culto que pudieran ser reflotados con una mirada nueva, con la clara intención de generar una franquicia para reforzar el negocio. En el caso de La abeja Maya, La Película (Maya the bee, The Movie, 2014) producción de los alemanes Studio 100, retoma de manera literal aquella mítica serie de los años setenta al bucear en la obra literaria de Waldemar Bonsels, un clásico que supo conectar a los niños con la teoría progresista en la que el esfuerzo permitía cierto ascenso social y la posibilidad de cambio.
La animación ha avanzado y los directores Alexs Stadermann y Glenn Fraser intentan reflotar el producto con una historia simple y lineal que seguramente pensaron para espectadores más pequeños. Ahí está la principal falla de una película que no termina de convencer ni a grandes nostálgicos ni a chicos curiosos. En los films animados es importante tener en claro cuál es el conflicto y el público. Este se confunde porque justamente Bonsels nunca imaginó una trama de hora y media para Maya.
Como pasa con otra serie literaria, la de Thomas y sus Amigos, clásico inglés del padre Wilbert Vere Awdry, la anécdota sirve para aleccionar en pocos minutos a los niños sobre el bien y el mal sin posibilidad de tomar partido o rebelarse ante lo que se dice.
La abeja Maya de los años setenta fue un suceso porque complementó a otros dibujos como Heidi y Marco que aportaban la cuota “realista” a la TV mundial, y a Astroboy y Mazinger Z ejemplos de la imaginación y especulación sobre el futuro deseado. La abeja Maya dotaba de la cuota de “naturaleza” necesaria para equiparar los contenidos y nutrir a los más pequeños de conocimientos sobre biología y ciencias naturales. Pero en a actualidad este mismo tipo de información circula por otro lado, y la débil curva narrativa que se plantea desde el guión no permite conocer más de un personaje que merecía un mejor trato y acercamiento.
Maya sale al mundo y descubre un siniestro plan para robar la “jalea real”, el alimento que permite seguir con vida a la reina por parte de dos asistentes. Al ser detectada con esta información es echada de la colmena y, sumando amigos nuevos (la cigarra, el abejorro, la avispa, etc.), intenta advertir de alguna manera a los súbditos y así proteger a la reina. Esta línea se desarrolla a lo largo de una hora y media sin ningún tipo de empatía por el personaje y la historia que presenta, y así cualquier anécdota o moraleja que se quiera impartir termina por disolverse en el total de la película.
La abeja Maya, La Película es un film animado que apela a su base retro, sabiendo que un público específico asistirá a las salas para recuperar al entrañable personaje, pero quizás termine rechazando la propuesta por no respetar su origen y mucho menos su espíritu libre y lúdico de la animación original japonesa.