La Prisión del Lenguaje
Un profesor de filología es interrogado por su mujer, quien desconfía del enfoque pedagógico de un proyecto educativo en el que el hombre debate sobre literatura con sus alumnas. Poco a poco, la teoría del profesor va pasando a la práctica hasta convertirse en un ejercicio de seducción, pretexto ideal para que el prestigioso José Luis Guerín saque a relucir toda su habilidad de gran observador en este extraño documental fronterizo con la ficción que se pregunta por los alcances del lenguaje y sus multiplicidades expresivas e interpretativas.
Es evidente que para el realizador José Luis Guerín la vida y el arte no pueden separarse, y en este caso tampoco el hombre y la mujer de la prisión de las palabras. Praxis y teoría entonces son los ejes que dividen el film en dos dimensiones. Por un lado las clases de un profesor de filología tratando de afirmar su tesis sobre las musas y la pérdida de esa figura de inspiración artística a partir de la materialización, en donde la mujer cobra un rol importante, y por el otro las confrontaciones de su esposa al advertir en el juego de seducción maestro-alumnas todas las máscaras que ocultan el deseo.
Cuando Guerín penetra en la intimidad de las charlas de las alumnas, La Academia de las Musas encuentra zonas grises entre el documental y la ficción, lejos de separarse una de otra se fusionan buscando siempre la complicidad con el espectador. También son importantes los idiomas que atraviesan este universo de palabras y retórica fluida tanto en el claustro como fuera de éste: el catalán, el italiano y el español acompañados de otro idioma que requiere una sensibilidad especial, la poesía.
Tener otra película de José Luis Guerín a disposición es un remanso que se debe valorar y agradecer en estos momentos cooptados con tanta oferta cinematográfica de baja calidad, aunque es de reconocer que el público al que aspira no es masivo. Por fortuna hay inmensas minorías que rompen los moldes de lo establecido, gozan con lo incierto y creen en la potencia de la poesía para contar las mismas historias pero mucho mejor.