Acontecimiento artístico
En la India se producen más de 1600 largometrajes por año y, si bien de allí surgió un maestro como Satyajit Ray y se exportaron al mundo cineastas como Mira Nair o Shekhar Kapur, las ofertas de ese origen están ligadas en su inmensa mayoría con las propuestas musicales, coloridas y superficiales de la factoría de Bollywood.
Sin embargo, en los últimos tiempos se consolidó también allí una joven camada de directores que apuesta por films menos masivos, pero bastante más audaces, provocativos y contestatarios. En este último grupo se ubica La acusación, película que se estrena en las salas argentinas luego de haber sido consagrada como mejor ópera prima de la Mostra de Venecia 2014 y de haber ganado la Competencia Internacional del último Bafici.
Rodada por Chaitanya Tamhane cuando tenía apenas 27 años, La acusación narra la historia de Narayan Kamble (Vira Sathidar), un cantante de folk, maestro de escuela y activista social de 65 años acusado de ser el responsable del suicidio de un trabajador que limpiaba alcantarillas, supuestamente motivado tras escuchar la letra de una de sus corrosivas canciones.
Narayan -una figura incómoda para el gobierno- es llevado a juicio en un proceso que se alarga durante meses y en el que es sometido a todo tipo de situaciones absurdas en medio de un sistema legal dominado por el caos, la incompetencia y la indiferencia (a veces directamente por el maltrato y la deshumanización).
Lo que hace de La acusación un notable primer largometraje es no sólo la sobria y austera puesta en escena de Tamhane y la impecable actuación de Sathidar, sino también la credibilidad que transmite incluso en los pasajes más ridículos (el efecto gracioso de ciertos momentos tragicómicos rápidamente se disipa para dar lugar a una sensación de angustia y enojo por las penurias que sufre el protagonista).
La película apuesta con paciencia por la acumulación para que el espectador sienta el mismo peso que el burocrático aparato judicial carga sobre nuestro atribulado antihéroe. Abogados, fiscales, jueces y agentes policiales se volverán meros engranajes de una antiquísima maquinaria, cuyo objetivo parece ser el de desalentar siempre al acusado hasta convencerlo de que no vale la pena seguir peleando.
Con escenas de juicio dignas de un documental y descripciones de la intimidad de los principales personajes que exponen desde las diferencias de clase hasta la represión a los intelectuales, La acusación surge como una evidencia contundente de que el nuevo cine de la India es mucho más que una moda en expansión. Un acontecimiento cinéfilo para no dejar pasar.