Vincent Lindon (El precio de un hombre) interpreta a Jacques Mayano, un reportero de guerra que acaba de sufrir la muerte de un íntimo amigo y fotógrafo durante una cobertura conjunta en Medio Oriente. Todavía con fuertes secuelas psicológicas y de salud (como unos hirientes acúfenos), el periodista es convocado por el Vaticano para que investigue el caso de Anna (Galatea Bellugi), una muchacha de 18 años que asegura haber visto la aparición de la Virgen María en un pueblo del sur de Francia. El lugar se ha convertido en el destino de la peregrinación de miles de personas que quieren ser testigos del hecho y Jacques deberá desentrañar si se trata de un auténtico milagro o de una farsa.
El talentoso director de El cantante, La mentira y Marguerite describe de forma minuciosa y con un impecable aporte de todo el elenco y del director de fotografía Eric Gautier la obsesiva investigación del protagonista, sus traumas, su relación con Anna y las dispares reacciones del caso dentro de la Iglesia.
Quien espere un thriller religioso de alto impacto en la línea de El Código Da Vinci o Angeles y demonios seguramente saldrá decepcionado, pero -aunque sus 140 minutos sean excesivos y su resolución no está a la altura- se trata de un por momentos fascinante ensayo sobre la fe, la duda, la culpa, la redención y la intimidad de un hombre que atraviesa una profunda crisis y descubre un mundo nuevo e inesperado.