Un fotógrafo de guerra vuelve a casa con el cadáver de su amigo, una sordera provocada por la explosión cercana y fuerte estrés postraumático: sumido en la tristeza. Con su mujer preocupada, incapaz de conectar con él para ayudarlo, el hombre atraviesa una especie de ataque de pánico, recluido en su casa. Hasta que recibe una extraña invitación de las altas esferas de la Iglesia para un encargo: investigar la veracidad de un posible caso de aparición, el de una adolescente que asegura se le presentó la Virgen María. ¿Porqué los curas consideran que un corresponsal de guerra puede servir para la tarea?, ¿cuánto se puede llegar a la verdad de una afirmación que despierta la fe milagrera de miles de fieles, que tratan a la muchacha como a una santa? Con su muy buen actor protagonista, Vincent Lindon, Xavier Giannoli (Marguerite), ofrece un film atrapante, en el que esas preguntas, y otras, se mantienen vibrando mientras la inquisición avanza. A pesar de cierto quietismo, en el ritmo narrativo, que parece revelarse como duda e indecisión de la propia película acerca de hasta dónde cuestionar las intrigas de la iglesia o no. En esa indecisión, la intriga inicial pierde potencia.