Hay algo de romántico cada vez que el cine intenta reflejar el universo del periodismo, y más precisamente del mundo que rodea a los corresponsales de guerra en su periplo por descubrir la verdad y llevar las imágenes más impactantes de los conflictos en los que se ven involucrados.
Y si bien “La Aparición”, de Xavier Gianolli (“Marguerite”) no trabaja explícitamente con ese mundo, sino que más bien es un tema con los que se construirá el verosímil del film, en la representación de la búsqueda de la verdad por parte de su protagonista (Vincent Lindon) hay una precisión que desborda la premisa con la que parte el relato.
Jacques (Lindon) es contratado por las altas esferas de la Iglesia para resolver un caso de aparición que conmueve a una región de Francia a partir de los dichos de una joven (Galatea Bellugi) quien afirma haber visto a la Virgen María en el lugar.
Como todo caso de estas características, los escépticos dudarán del relato, mientras que otros se entregarán a la convicción de la verdad de las palabras de la joven, construyendo dos fuerzas inquebrantables contra las que Jacques deberá luchar y decidir si la misión encomendada por las altas esferas del Vaticano puede repercutir en su propia vida.
En el viaje y en la pesquisa Jacques se topará con una infinidad de obstáculos, pero también con trabas autoimpuestas que se desprenden de la traumática experiencia que en el campo de contienda le ha tocado vivir, y en el cual ha perdido a su compañero de muchos años.
Sumado a los impedimentos que surgirán para poder contactar a la joven, una serie de obstáculos que provienen de la propia Iglesia que lo ha contratado para resolver el misterio, trazaran los lineamientos de un relato apasionante sobre la búsqueda de la verdad.
Gianolli construye los personajes con verdad, los deja accionar casi de manera intuitiva, cada uno en su rol posibilitan, además, que sus diálogos enuncien preceptos y casi manifiestos sobre la religión, el periodismo, el amor, la familia, la soledad.
En esas verdades dichas a los cuatro vientos, también está la posibilidad de sumar la mirada de cada interprete, envistiéndolas con un sentido único que potencia la propuesta, que pasa de trhiller a policial sin pedir permiso, pero que también por momentos juega con la línea lábil entre ficción y documental y el drama social.
“La Aparición” exige atención al espectador durante todo su metraje, hábilmente deposita en el avanzar premisas e índices que luego harán a la resolución final de un caso que se ha repetido a lo largo de la historia de la humanidad.
La dupla protagónica, Lindon/Bellugi destaca por encima del resto del elenco, y Gianolli deja que eso suceda, porque sabe que en ellos radica la fuerza de un relato convencional y tradicional, pero que en las desbordadas actuaciones encuentra su razón de ser y el principal motor narrativo.