Bu!
Nosotros pasamos los ochenta y dos minutos más largos en lo que va del año viendo esta película para que usted, estimado lector, no pierda su tiempo y su dinero padeciéndola. Es otra de actividades paranormales, entidades espectrales que acosan a moradores de una casa con la intención de provocar algún susto en el espectador, pero que solo logra causar aburrimiento.
El director, además guionista, carece de capacidad para transmitir a través del lente alguna mínima emoción, excepto el tedio. Nada asusta, ni conmueve, en este relato remanido y previsible. Las actuaciones son execrables, y ni siquiera una actriz como Ashley Green, de gran exposición por su trabajo en la saga "Crepúsculo", consigue estar a la altura que semejante espaldarazo le impone.
El director hizo todo lo posible por hacer de esta película -que desde su temática nada nuevo tiene para ofrecer-, un bodrio insoportable, que no merece ser vista por alguien que guste del cine, y menos del género.