Una sombra ya pronto serás
El género de terror es algo único. Tiene férreos defensores y fanáticos que gozan con slashers, el gore, los zombies y fantasmas. Sean directo a dvd o hechas para cine, con grandes estrellas o con actores ignotos, aquel que busca la reacción física del miedo bucea en todas en pos de encontrar lo que tanto disfruta. Los productores usualmente explotan este amor hacía la sangre y lo desconocido entregando películas de lo más endebles y repetitivas.
Para empeorar las cosas, hace ya un tiempo (y pasados el torture porn de Hostel y El Juego del Miedo) lo único que continua estrenándose en cines son los films de fantasmas y ocasionalmente, de terror religioso. Y para sumar falta de originalidad, casi todo cámara en mano o en falso documental.
La Aparición (The Aparition) comienza como falso documental. Tememos lo peor. No es tan así, esquivamos una. El video es solo una filmación casera que muestra una sesión de espiritismo ya ocurrida hace tiempo y vinculada con el espíritu que se hará presente en la película. Pasado ese momento nos encontramos en una universidad junto a unos estudiantes que se disponen a realizar el experimento de repetir aquella sesión para atraer a ese espíritu (utilizando la tecnología para potenciar la conexión). La secuencia filmada cámara en mano nos hace pensar otra vez en los recursos gastados y abusados. Pero nada de eso, esquivamos otra. Entonces la historia vuelve a empezar: una pareja se acaba de mudar y comienza a ser acosada por aquel espíritu liberado en el experimento universitario. Cuando uno creía que el film iba caer en los formatos de moda logra escapar para presentarnos una historia sencilla.
Pero lamentablemente ahí viene lo peor.
La película es de un nivel de desgano y atrofia cinematográfica de difícil digestión. Tan arduo verla como entender la razón de su estreno. Un film falto de ideas que resulta casi gracioso (pero no), tan lleno de actitudes y situaciones estúpidas que podrían resultar una linda película B (pero no). Hasta hay un momento de "terror japonés" con un fantasma arrastrándose por el suelo. Un burdo refrito carente de imaginación. Quizás si el director hubiera filmado al fantasma con la pasión con la que filma a su protagonista femenina (Ashley Greene) hubiéramos tenido película (pero no).
De un nivel de insipidez desesperante, con sobre explicaciones y un terror ausente, no vale la pena perder el tiempo por más apasionada necesidad de ver una nueva de "miedo". Da fastidio hasta escribir de ella, así que mejor no digo más.