Un joven de 20 años que sufre ataques de pánico y que, en pos de curarse, viaja con su padre a Córdoba buscando tranquilidad. Una vez allí, sin poder dormirse, horrorizado, descubre que a centímetros de su cara, en la pared, una araña blanca, peluda y del tamaño de una mano lo observa fijo. Jerónimo salta de la cama espantado. Se queda paralizado, hasta que decide matarla. Mala idea: la cosa empeora y deriva en un viaje por la montaña, junto a un alcohólico que le sirve de guía, en busca de su salvación.