Las historias de personajes de ciudad que la pasan mal en bosques/montañas/desiertos son recurrentes en el cine. Clásicos como Deliverance, de John Boorman, y El Loco de la Motosierra, son dos buenos ejemplos de choques culturales con nefastas consecuencias. Wes Craven lo expresó muy bien en una entrevista: “La idea de ir de la ciudad al campo es un paradigma antiguo. Se trata de irse al bosques, lejos de las apariencias de la civilización, lejos de las leyes escritas en libros y dictadas en juzgados. Es adentrarse en la ley de la selva, donde rige la supervivencia del más apto. Es meterse en el mundo de la bestia”...