Virtud paradójica, no exenta de ser practicada por disímiles idiosincrasias, y reconocible más allá de toda nacionalidad, la disciplina revela el carácter y también el modo en el que este se amolda a una cultura. Que Weisse haya elegido al actor francés Simon Abkarian en el papel del marido del personaje de Hoss suma un matiz relevante. La pertenencia a una tradición y las formas de ser también definen una modalidad de ser. La severidad con la que aquí se aprende a tocar una pieza de Bach sugiere que la perfección está por encima del placer, por encima de la expresión singular del músico y su sentimiento puesto en cada nota. La escena en la que Abkarian le hace escuchar un fragmento de una pieza musical a su esposa sin que ella sepa que la ejecutante es ella misma, es clave. Lo que se dice ahí glosa el espíritu alemán, si existe algo semejante, y también su refutación.