Uno de los directores más fascinantes y crudos del cine contemporáneo, Bruno Dumont (Hors Satan, Flandres, La vie de Jésus), se anima a una comedia ambientada en 1910, en la costa norte de Francia. Allí vive una familia de barqueros, los Brufort, cuya magra ocupación consiste en trasladar turistas de una orilla a la otra, y también tienen su casa de veraneo los Van Peteghem, una familia diametralmente opuesta, no solo en la escala social. Son una confusa mezcla de hermanos y cónyuges, y en medio de sus disparatados diálogos aparecen Machin y Malfoy, la dupla de detectives más surrealista que ocupó la pantalla, una mezcla de Laurel & Hardy con Georges Simenon y Alfred Jarry. Los detectives investigan la desaparición de turistas en la zona, y entonces Dumont pone sus garras: la mirada torva del padre de los Brufort, apodado El Eterno, esconde a una familia de caníbales. El cuadro se completa con un romance entre Ma Loute (título original del film), el mayor de los Brufort, con Billie, la hija de Aude Van Peteghem (Juliette Binoche); pero es un amor que llevará a la guerra. Con grandes actuaciones de Binoche, Fabrice Luchini y todo el elenco, basta decir que una comedia negra a la Dumont es una cita indispensable con el cine.