El proyecto del colectivo artístico Estrella del Oriente consistía en que un barco gigante con forma de ballena recogería voluntarios del Tercer Mundo de a cientos de miles y, en el viaje de la periferia al centro, los transformaría en obras de arte humanas para depositarlas finalmente en los principales museos del mundo. Esta película cuenta la historia de cómo no se construyó “la ballena” en cuestión, pero cuenta otro viaje, bastante menos virtuoso: el de los fondos, subsidios y becas que van de tanto en tanto desde el centro hacia la periferia, esquivos ellos, muy poco generosos en su percepción de las posibilidades del arte para transformar la realidad.