“Algún día seremos libres de ser quienes somos y amar a quien queramos”.
La dupla Jonathan Dayton y Valerie Faris (“Ruby Sparks”, “Little Miss Sunshine”) se embarca en esta comedia dramática basada en hechos reales. El film protagonizado por Steve Carell y Emma Stone funciona a modo de crónica sobre un evento deportivo que se convirtió en uno de los acontecimientos más vistos de la historia, atrayendo la mirada de más de 50 millones de personas en Estados Unidos. Aquel evento mediático que rozó lo grotesco y extravagante se conoció como “La Batalla de los Sexos”.
El acontecimiento consistió en un partido de tenis donde se enfrentaron Bobby Riggs (Carell), ex tenista de 55 años, y la joven y carismática Billie Jean King (Stone). En 1973, el público fue testigo de un encuentro legendario, donde la tenista quería demostrar que realmente le podía jugar de igual a igual a un hombre. El film se nutre del enorme talento de sus protagonistas y de un excelente grupo de actores secundarios, entre los que destacan Andrea Riseborough, Elisabeth Shue, Bill Pullman, Sarah Silverman y Alan Cummings, entre otros.
Otro gran acierto del relato pasa por el guion, donde se pone de manifiesto el clima machista de la época, el prejuicio, la discriminación, siempre con un tono humorístico y dramático a la vez por medio de diálogos inteligentemente escritos. Resulta realmente interesante la polémica que presenta el relato como espejo de la sociedad patriarcal y misógina de la época, que al mismo tiempo nos hace notar la actualidad de dicha problemática en el ámbito social.
Más allá de los planteos antes mencionados, “La Batalla de los Sexos” habla principalmente del amor. Como se puede apreciar en la frase que precede esta reseña (como le dice el personaje de Cummings a Billie), el duelo no solo se da literalmente en el campo de juego sino también internamente a nivel psicológico para la protagonista, quien intenta descubrir su identidad sexual mientras que lucha por los derechos de la mujer.
“La Batalla de los Sexos” resulta ser una película entretenida, amena y bien ejecutada por sus protagonistas, en especial Emma Stone, que no deja de sorprendernos con sus capacidades actorales. Una comedia dramática que nos hace reflexionar sobre la desigualdad de género. Un saque ganador directo al corazón.