Bien sabemos que Disney está en la postura de realizar films live-action de sus películas clásicas. Tuvimos a “Alicia en el País de las Maravillas” o “El Libro de la Selva” como unos de los primeros ejemplos. En este caso nos encontramos con “La Bella y la Bestia”, remake de la cinta de 1991, la cual está basada en un cuento de hadas homónimo de Jeanne-Marie Leprince de Beaumont.
La historia es mundialmente conocida: Bella es una muchacha particular de un pueblo muy pequeño de Francia, quien vive con su padre. En uno de sus viajes, Maurice se pierde y encuentra un castillo encantando. Allí la Bestia lo aprisiona y será Bella quien decida tomar su lugar para salvar a su padre. Esto significará una buena oportunidad tanto para la Bestia como para el resto de los objetos animados que habitan el castillo de conseguir volver a su vida normal antes de que se cumpla un maleficio.
A la hora de sentarse a ver la remake de una obra tan conocida y mágica, uno va con cierta cautela. Sin embargo, “La Bella y la Bestia” logra generar el mismo impacto y la misma emoción que su original.
La película es una muy buena adaptación de su cinta de 1991. Se respetó por completo la historia, como también las canciones que se encuentran en ella. “La Bella y la Bestia” es un musical desde el principio hasta el final, que hará vibrar al espectador y dejará la melodía de sus canciones en su memoria.
La elección del elenco no podría haber sido más efectiva. Emma Watson es tanto la Bella, como Luke Evans es Gastón. Incluso nos encontramos frente a una Bella más independiente y feminista, algo que Watson logra retratar a la perfección. El resto de los personajes secundarios están escritos de una buena manera, profundizándolos más y dándoles una actitud cómica.
De todas maneras, la animación de 1991 es única. Aunque en la actualidad los efectos especiales sean mucho más avanzados, no se pueden comparar con los personajes originales. En ciertos casos, como Chip, en vez de generar una versión tierna o carismática, el personaje de 2017 se nota un poco más artificial.
Hay que destacar la ambientación y el vestuario de la película. Se nota la gran producción que hay detrás del film.
Si bien es difícil realizar una comparación entre las películas de 1991 y 2017, la remake live-action de “La Bella y la Bestia” cumple a la perfección su objetivo. Tiene canciones maravillosas y pegadizas, buenos personajes interpretados correctamente, una gran producción detrás, que harán que el espectador se emocione y divierta, a la vez que reviva su infancia.
Puntaje: 4/5