La versión francesa hace agua a pesar de su esfuerzo
Versión cinematográfica francesa del clásico de Beaumont que ya desde su trailer promocional pintaba rara, una especie de relato oscuro con aura burtoniano y presupuesto discreto para una película de este tipo.
En primer lugar debo decir que la narración de esta versión libre del director Christophe Gans ("Pacto de lobos", "Silent Hill") me resultó bastante plana, con poca emoción y espíritu de entretenimiento juvenil. Entiendo que se la quiso hacer oscura para despegarse de la versión Disney, y eso está bueno, pero el tema es que se olvidaron del entretenimiento.
Podría haber sido oscura pero más entretenida y vistosa, como por ejemplo se hizo con la versión libre de Rupert Sanders en "Blancanieves y el cazador". Todo es tan lúgubre pero carente de vida que termina aburriendo.
Todo se presenta con poco carisma. Lèa Seydoux como Belle está bastante insulsa, Vincent Cassel como Bestia safa, los seres mágicos parecen puestos de adorno y no aportan demasiado, los villanos son débiles y muy accesorios a la trama principal. Hay algunos elementos interesantes pero que fueron pasados muy por encima, como la situación que lleva al príncipe a convertirse en bestia. La historia a lo Vlad de Bram Stoker's Dracula, marcada por una tragedia, me pareció de lo mejor del film, pero lamentablemente se le dedicó poco detalle a esto.
Por otro lado, el ritmo me resultó bastante lento y con algunos saltos temporales torpes. Muchos de los diálogos resultan densos y con mucha carga teatral, algo que no está mal... para teatro. Parecen haberse olvidado del espectador para cumplir con los caprichos visuales Gans, que más allá de estar muy bien logrados, también terminan siendo empalagantes y kitsch.
Una nueva versión de "La bella y la bestia" que pasará por cartelera sin pena ni gloria, que quiso emular el mundo de Burton pero que no entendió la magia y el entretenimiento que este mundo debía traer consigo. No recomendable.