Hay películas que valen más por el contexto y por el peso de su trasfondo que por lo que significan en materia artística. Hecho muy común en los documentales (que se acrecientan en cantidad exponencial semana tras semana); dentro de las ficciones también suele suceder, sí, como n este caso, hablamos de algo “testimonial”, de denuncia aunque sea (a medias) solapada.
"La bicicleta verde" es el primer film de la directora saudí Haifaa Al-Mansour, pero no sólo eso, es el primer film dirigido por una mujer en la historia de ese país; un Arabia Saudita en el que hasta hace nada, pocos años, las salas de cine estaban prohibidas; en el que la segregación hacia la mujer sigue vigente y hasta es apoyada por un sector importante de las propias mujeres; en el que la rebeldía puede pasar por hechos para nosotros cotidianos.
Con todo este marco llega un argumento sencillo, sin demasiadas complejidades, apuntando a una cierta ternura y un mensaje claro y remarcado. La bicicleta verde puede entrar en ese subgénero “drama protagonizado por niños” y aun ahí se destaca por cierta amabilidad en el trato. Es la historia de Wadjda (Waad Mohammed), una niña de 10 años que desde el vamos pareciera diferenciarse del resto en pequeños detalles.
Ella tiene un objeto de deseo, una bicicleta que se encuentra en una tienda, y con la que quiere correrle una carrera a su amigo. Claro, esto sería digno de un argumento de una película infantil de los años ’60, de no ser porque en Arabia Saudita las bicicletas son sólo para los hombres, y porque ¿qué es eso de que Wadjda tenga un amigo?
La madre, convencida férrea de las tradiciones de su país, rechaza todos los “peros” de su hija, teme que esta se vuelva impúdica y hasta pierda su virginidad si monta una bicicleta.
Entonces, la niña se verá “obligada” a conseguir el dinero de otras fuentes, realizando actividades que tampoco están bien vistas en ese país, como pasar correspondencia amorosa entre adolescentes.
Mientras, su amigo Addulah (Abdullrai Iman Algohani) la ayuda enseñándole a usar su bicicleta y prestándosela; lo cual podría indicar una cierta esperanza de aires de cambio en generaciones futuras, casi recién nacientes.
Los adultos representan el costado duro, comenzando por la madre y la directora del colegio, atemorizante y sentenciadora. No pareciera haber ahí un estímulo de cambio, por lo menos no pronto.
"La bicicleta verde" es un film discreto, con algunos aciertos técnicos sobre todo en fotografía, con una puesta en escena ligera y apurada (algunas escenas fueron filmadas en clandestinidad precisamente por la prohibición de reunión entre hombres y mujeres).
Si otro fuera el ambiente, hasta hablaríamos de algún exceso de fábula, de diálogos remarcados, y hasta de un ritmo algo lento que puede aburrir en ciertos tramos. Pero no estamos frente a un film más, en cierto modo el de Haifaa Al-Mansour es un hecho histórico, y desde ese punto debe ser visto para apreciarlo correctamente.