Infancia bajo el Corán
Wadjda está obsesionada con una bicicleta verde porque quiere jugar con su amigo. Tiene 10 años, va a la escuela, habla con su madre, pero no tiene dinero. Vive en Arabia Saudita y planea competir y ganar en un concurso sobre lectura y rezo del Corán y así conseguir la bicicleta. Pero claro, Wadjda vive en un contexto que no la favorece: es una niña y recibe retos de la maestra y la mamá por su carácter indócil, que oscila entre una inicial rebeldía y una simpatía que sorprende a propios y extraños.
Wadjda está obsesionada con una bicicleta verde porque quiere jugar con su amigo. Tiene 10 años, va a la escuela, habla con su madre, pero no tiene dinero. Vive en Arabia Saudita y planea competir y ganar en un concurso sobre lectura y rezo del Corán y así conseguir la bicicleta. Pero claro, Wadjda vive en un contexto que no la favorece: es una niña y recibe retos de la maestra y la mamá por su carácter indócil, que oscila entre una inicial rebeldía y una simpatía que sorprende a propios y extraños.
El panorama se completa con la ausencia del padre, que de vez cuando aparece por la casa según las reglas impartidas por Alá.
La bicicleta verde ganó premios en festivales y fue la primera película dirigida por una mujer, quien se basó en la historia de su sobrina. Por lo tanto, el marco geográfico cobra protagonismo en la historia, resultando invasivo e incómodo, de acuerdo a las reglas del Corán. La narración fluye sin caer en golpes bajos o escenas miserables que critiquen con énfasis a ese paisaje donde la mujer es un objeto decorativo, tal como se observa cuando la mamá llora a solas, acaso planteando un presente y futuro sin salida. La directora muestra astucia para describir a un personaje y un contexto determinado, sin cargar las tintas, ofreciendo a esa bicicleta como disparadora de la trama. La forma en que la realizadora se acerca a la historia recuerda a las películas iraníes donde la infancia es analizada bajo el rígido reglamento de un contexto: ¿Dónde queda la casa de mi amigo?, El globo blanco y Offside, entre otros títulos, reflejaban historias similares a la que cuenta La bicicleta verde. De allí la lógica premiación en festivales y la admiración que se le tiene a esta clase de relatos humanos con la niñez como protagonista.