Recitando en la oscuridad.
La vida de Wadjda (Waad Mohammed), una jovencita alegre en Arabia Saudita con inclinaciones occidentales, no sigue los mandatos de la moral musulmana al pie de la letra. Criada por una madre que debe trabajar como maestra en una escuela muy lejos de la casa y un padre ausente de una familia tradicional, la niña que se va convirtiendo en adulta (según los cánones árabes) comienza a sufrir las férreas reglas sociales que la religión musulmana le impone a la mujer.
El padre se encuentra en una encrucijada. La madre de Wadjda no puede tener más hijos pero la familia paterna y el honor le exigen un heredero masculino para continuar con el apellido, el linaje y la tradición. Mientras la madre intenta mantener su matrimonio seduciendo a su idolatrado e idealizado marido, el padre de la niña se ausenta por semanas para volver cada tanto y pasar muy poco tiempo con Wadjda y su madre.
En el colegio, la situación es aún peor. Wadjda raramente usa el velo islámico mientras va por la calle despreocupada en una ciudad cuyos gobernantes se interesan más por los grandes hoteles y los exuberantes shoppings que por la pavimentación, la iluminación y el bienestar de sus ciudadanos. En este contexto a las niñas se les enseña a sentir vergüenza de ser mujeres, a vivir de forma recatada según los antiguos mandatos de El Corán y se las castiga públicamente por su transgresión pecaminosa.
Obsesionada con tener una bicicleta para jugar con su vecino, Abdullah, Wadjda intenta por diferentes caminos conseguir la suma que le permita adquirirla y la oportunidad se le presenta en un concurso sobre conocimiento general y recitación de El Corán de la escuela.
La película expone los abusos psicológicos a los que las mujeres musulmanas son sometidas desde pequeñas para construir un retrato sobre una situación en permanente tensión en el mundo islámico. La obra es una crítica sobre la condición femenina en la sociedad árabe actual que retrata la situación de desigualdad que va exactamente en el camino opuesto al de occidente y es una de las causas más importantes de la falta de democracia en la región. La diferencia entre el occidente agnóstico, protestante cristiano, lugar del surgimiento y consolidación de los movimientos feministas que lograron instaurar el voto femenino, la igualdad de derechos, obligaciones y salarios, y el oriente árabe es cada vez más pronunciada a los ojos occidentales y decanta en circunstancias cada vez más ignominiosas.
La pretendida costumbre o tradición es solo una justificación perversa de una dominación masculina que representa el temor de los hombres musulmanes a perder su estatuto despótico y autoritario. La calidad estética, la claridad ideológica, las actuaciones extraordinarias, la calidez de los personajes y la valentía de Wadjda la convierten en un manifiesto contra la injusticia que realza la vitalidad e inocencia de la niñez para enfrentar un sistema que no debe ser aceptado ni tolerado en ninguna parte del mundo.