Un film inspirado libremente en hechos reales sucedidos en el 2007. Aborda el conflicto que plantea el hecho de seguir o no las costumbres de una familia paquistaní cuando una joven de 18 años es obligada a aceptar un matrimonio arreglado y condenar su felicidad y sus deseos por los de su familia debiendo continuar la tradición.
El director belga Stephan Streker va detallando las tradiciones, costumbres y mandatos de una familia paquistaní que vive en Bélgica. A la joven protagonista Nahira (interpretada por la actriz francesa Lina El Arabi esta es su primera interpretación en cine, gracias a un rostro angelical, se luce en su personaje) le muestran tres jóvenes a través de fotos, esa es la forma para elegir a su marido, la familia recibirá prestigio y 2 millones de rupias como dote.
Zahira desde el comienzo de la historia se cuestiona situaciones que le toca afrontar, está embarazada, decide abortar y sus padres y hermano lo saben, demuestra cierta preocupación ante este hecho. Zahira está obligada a casarse con un joven que solo conoce vía Skype. Ella tiene otros sueños y eso aumenta cuando conoce a Pierre (Zacharie Chasseriaud). Las personas que la contienen hasta donde los dejan son su amiga Aurore (Alice de Lencquesaing) y el padre de esta, André (Olivier Gourmet).
Aquí se plantea las tradiciones y el amor, el choque de culturas esta a lo largo de la historia, pero también está la hipocresía, su hermana mayor le dice que ellas no tienen muchas opciones para decidir que ellas son mujeres y con el tiempo terminan aceptando al marido elegido y que el himen no es un problema ya que se reconstituye, de hecho ella lo hizo. Después están los planteos que hace el resto de la familia. Un testimonio fuerte y la cámara es testigo de cada detalle y el espectador percibe cierto sabor amargo y un desenlace trágico.