Tati tiene 14 años y vive en una casa humilde a orillas del río, junto a su padre que apenas se ocupa de ella. Es una niña inestable, varonil, que no encaja con su entorno. Está obsesionada con ser “Botera” y todos los días, intenta usar el bote sin éxito. Una tarde llega un peón de 17 años y se pone a trabajar en él. Tati busca detenerlo, hasta que él le ofrece enseñarle a remar a cambio de que lo deje trabajar tranquilo. Ella acepta, pero sin darse cuenta termina enamorándose. Tati vive su primera decepción amorosa, mientras asume su femineidad y crece forzadamente en un contexto agresivo.