Todo comienza con el robo a un banco, donde un grupo de asaltantes toma como rehenes a los trabajadores y clientes para llevarse el dinero de la recaudación. Sin embargo, no es suficiente para pagar las deudas. Ante la sensación de peligro y de que sus vidas estaban en juego, Ed Maas (James Franco), un empleado, decide ayudar a los malhechores indicándoles dónde se encuentra una antigua bóveda. Y es entonces donde los problemas empezarán para el equipo.
“La Bóveda” es un film con muy buenas intenciones, que busca otorgarle algo nuevo al policial, vinculándolo con el terror o los fenómenos paranormales. Sin embargo, la ejecución no resulta del todo efectiva, ya que esta transición de géneros se realiza de una manera brusca. No existe un equilibrio armonioso entre ambos, sino que su traspaso ocurre de un momento a otro.
Lo mismo pasa con el clima. No tenemos una ambientación o banda sonora que nos transmita la sensación de tensión o terror propicia de los géneros seleccionados. A pesar de que el espectador esté entretenido con el argumento, no vivirá en carne propia la experiencia de los personajes.
Por otro lado, nos encontramos con una sobre exposición de información de lo que está ocurriendo en pantalla. Si podemos verlo con nuestros propios ojos, ¿es necesario que los distintos personajes nos relaten lo sucedido? Eso genera no sólo que el espectador no pueda sacar sus propias conclusiones de los hechos, sino que la historia se vuelva un tanto predecible y nos anticipemos a los grandes giros de la trama. Incluso el final podría ser tan sorpresivo como otras películas del estilo, pero al haberlo explicado durante la narración, no provoca el mismo impacto.
El elenco está conformado por varias caras visibles, como Francesca Eastwood, la hija del reconocido actor y director, que si bien no tiene una vasta experiencia, viene de una familia con talento, y Taryn Manning (“Orange is the New Black”) como parte de los asaltantes, dando buenas actuaciones con puntos contrarios. James Franco hace un papel sobrio, pero funcional a la trama, reafirmando que no sólo se siente cómodo con personajes cómicos.
En síntesis, “La Bóveda” es una película bien intencionada que tiene una idea original para llevar a cabo pero que podría haber sido mucho más efectiva si se aplicara el concepto de menos es más. No está mal mezclar géneros si se consigue que el resultado sea más que la suma de sus partes. Lo mismo ocurre con los giros narrativos, que son interesantes, pero que al exponer toda la información en el relato ya se vuelven predecibles antes de que ocurran. Una cinta que genera esa sensación de que podría haber sido mucho mejor de lo que es, pero que igualmente, y a pesar de sus falencias, logra entretener al espectador.