Su desarrollo comienza bien con un robo simple en un banco antiguo que se va trasformando en un thriller sobrenatural, con fantasmas, su ritmo en un principio resulta rápido e interesante pero con el correr de los minutos sus sobresaltos son lentos, un horror trillado y cae en lugares comunes.
El actor James Franco con una participación fugaz, como un empleado del banco con problemas de depresión, el caso de Taryn Manning hace lo que puede y queda solo en el intento, con una vuelta de tuerca que no conforma mucho.