Lo que más asusta es la histeria religiosa
Hay animales de granja, niñas con faldas largas y una casa en la pradera. Pero esto no es para nada "La familia Ingalls". Esta opera prima llamó la atención en Sundance por su originalidad y hay que reconocer que, en especial hacia el comienzo, parece la idea de film de terror que podría haber tenido el primer Werner Herzog. Pero la película se queda corta en contenido y sobre todo en sustos, y en realidad lo más interesante es su intención de recrear el lenguaje antiguo y la histeria religiosa de los primeros colonos de Nueva Inglaterra hacia 1630.
Basada supuestamente en escritos de época, es decir, algunas décadas antes de la célebre cacería de brujas de Salem, la historia plantea a una familia que ya desde el vamos teme a innombrables horrores que podrían esperarlos en el bosque aledaño a su casa, ubicada a un día de camino de la población más cercana. La extraña y repentina desaparición de un bebé detona los ataques de histeria de grandes y chicos, con la nena más chica y la hija mayor, respectivamente, haciendo chistes sobre ser brujas, mientras el padre y la madre se preocupan cada vez más por la falta de comida, todo en medio de citas bíblicas interminables y rezos como única respuesta a cualquier situación.
La historia evoluciona hacia la total disolución familiar, relacionada con situaciones fantásticas qe podrían ser alucinaciones o no. Hay momentos realmente oscuros y horripilantes, como una extraña e indescriptible situación nocturna que sucede a la desaparición del bebé, y una siniestra liebre que en realidad no hace nada malo salvo arruinar la puntería del padre de familia. Todo es un poco pretencioso en tono, más allá de que hay imágenes atractivas y que la fotografía a veces experimenta con peculiares estilos de iluminación. También hay un macho cabrío que podría ser el culpable de la ola maligna que invade a la familia, aunque lamentablemente aparece bastante poco.
Sin duda, "La bruja" es una película interesante, pero le falta sustancia y, si no durara exactos 90 minutos, casi terminaría resultando aburrida.