Esta es la ópera prima del director y guionista estadounidense Robert Eggers. La cinta tiene una buena reconstrucción de época, los días siempre son nublados, tiene buenos diálogos, la poca iluminación y los sonidos ayudan mucho para ir logrando estupendos climas y/o atmósferas. Toca varios temas: la religión, los pecados y la relación padre e hijos, entre otras cuestiones. Un buen trabajo actoral de Anya Taylor-Joy, Harvey Scrimshaw, los pequeños Ellie Grainger y Lucas Dawson y los actores adultos (Ralph Ineson y Kate Dickie). Se realizó con un presupuesto de 3,5 millones de dólares y ya recaudó 25 millones sólo en Estados Unidos.