Los guiones trillados no ayudan al terror
Durante un viaje por Colombia una familia sufre un accidente, pero las cosas se empiezan a poner realmente mal cuando encuentran refugio en la cabaña a la que se refiere el título. El dueño de casa les avisa que no deben dejar su habitación en toda la noche, pero ese es el tipo de advertencia a la que ningún personaje va a llevar el apunte en una película de terror. Caso contrario, la película nunca empezaría.
Así que, además de no hacer caso a ese aviso original, los personajes protagónicos no dudan en liberar a una chica que está encerrada en el sótano. El problema es que ella no es una chica común y corriente, sino una especie de bruja que estaba ahí encerrada dado que no la se puede matar, porque quien lo haga recibirá, en su propio cuerpo, su espíritu malvado.
El director Víctor García, conocido por haber realizado una de las secuelas del "Hellrraiser" de Clive Barker, aquí no tiene elementos para llevar el planteo en ninguna dirección que pueda parecer minimamente original. Si logra algunos momentos horripilantes mas o menos eficaces, eso con la ayuda de una fotografía que por momentos se esmera en lograr climas y tensión, mientras que el elenco trata de aportar convicción a una serie de situaciones entre lo ya visto y lo tirado de los pelos.
La que se luce es la chica del sotano, Julieta Salazar, que logra asustar con algunas expresiones realmente desquiciadas y terroríficas. Pero además de eso la película no tiene mucho para ofrecer, y el consejo es que mas vale verla en un futuro zapping del cable.