Por segunda vez en el año los colombianos son los responsables de aterrar a las familias norteamericanas.
Hace poco se estrenó en la cartelera una propuesta muy similar con Julia Stiles, Desde la oscuridad, que también giraba en torno a una maldición y unos fantasmitas resentidos que habitaban el mismo país latinoamericano.
La cabaña del Diablo es otra película mala que trabaja con una incompetencia notable el género de terror.
La dirección corrió por cuenta del español Víctor Martínez, cuyo prontuario laboral incluye películas horrendas como Return to House on Haunted Hill (2007), Reflejos 2 (2010) y Hellraiser: Revelations (2011).
Todas producciones mediocres que terminaron directo en dvd, el destino que merecía también La cabaña del Diablo.
Martínez no evolucionó en absoluto como realizador en estos años y nuevamente brinda una película pobre que copia fórmulas trilladas y no logra capturar la atención del espectador con su narración.
Otra vez una familia lucha con una posesión demoníaca en una región rural de Colombia.
Salvo por el diseño de producción de la casa donde tiene lugar el conflicto y la fotografía, no hay grandes méritos técnicos en este film que es aburrido por su falta de creatividad a la hora de abordar el género.
El reparto, que incluye actores norteamericanos y latinos (entre ellos la ex Miss Colombia, Carolina Guerra), brinda un trabajo decente y al menos en este estreno no hay inconvenientes en ese aspecto.
A La cabaña del Diablo le juega en contra su historia y la narración del director que es extremadamente predecible, debido a que sigue la misma fórmula que vimos en centenares de filmes parecidos.
No entiendo por donde pasa el placer de mirar una película de horror que carece de tensión y suspenso.
Seguramente habrá gente que se enganche con esto. En mi caso me cuesta recomendarla y no me parece una opción para invertir una entrada al cine.