Afrontar con nobleza hasta el más profundo dolor.
Basada en un best seller religioso de William P. Young se estrena este jueves La Cabaña con la dirección de Stuart Hazeldine y guión de John Fusco.
Desde mis años de estudiante de audiovisuales siempre me apasionó los temas relacionados con la fe -y sus milagros- dentro del espacio más terrenal posible.
Si bien hay muchos films que se animaron a esa temática, vuelve a re-aparecer el deseo de poder visualizar y tratar de entender que hay más allá de todo. Eso que todos los mortales, y pienso hasta los más escépticos (los que no creen) seguramente en algún momento se cuestionaron.
¿Qué hay más allá de la vida? Pedir que una película de respuesta a semejante pregunta sabemos que sería imposible, pero digamos que La cabaña hace un logrado intento.
Se le pueden criticar un sinfín de cosas a la cinta. Como que está orientada a una clase social media alta, apartando casi obviando los niveles de pobreza que abundan en el mundo, con un visible intento por evangelizar, o cuando minimiza en pocos segundos de proyección los grados de agresión-guerra-muerte que vivimos.
Pero volvamos, es cine. Y el cine es entre otras cosas, mejor dicho, digamos que es fundamentalmente entretenimiento. Y este film hasta logra por momentos llevarte a la emoción.
Porque está bien dirigida, porque tiene un muy lindo reparto y porque la historia te va llevando a espacios donde en el fondo anhelamos, punto de absoluta felicidad. Donde todo tiene una respuesta, donde los que amas -que ya no están en este plano- están en un mejor lugar.
Para pensar, para meditar, para respetarnos, para intentar ser mejores y por varios “para” más la recomiendo. Si necesitas un poco de paz interior en tu vida animáte a conocerte y a conocer a Dios en La Cabaña sin olvidar que, aunque el mensaje esté manipulado, no deja de ser un largometraje.