Rumores sumamente peligrosos
Con delicadeza y gran tacto, el director aborda el tema de la mentira convertida en rumor y las consecuencias de lo que cualquier rumor puede hacer en la vida de una persona. Impecable formal y actoralmente, la película tiene un final discutible, pero es imprescindible para que los adultos mayores la analicen.
Lucas (Mads Mikkelsen) es maestro de primaria. No está pasando un buen momento. Desocupado, con un trabajo temporario en un colegio infantil de su pueblo, acaba de establecer una nueva relación con una chica extranjera y lucha por ver Marcus (Lasse Fogelstrom), su hijo adolescente.
Su aguda sensibilidad, quizás vaya en contra para atenuar el dolor del fracaso de la relación y las pocas palabras que imponen su carácter, no es lo mejor para relacionarse con esa pequeña sociedad que habita.
Estamos en las afuera de Dinamarca, el frío aprieta. La naturaleza involucra a todos los que practican la caza y luego de dedicarse a lo que no consideran cruel (la muerte de animales salvajes) se arrojan al agua helada para atemperar sus rudos caracteres.
Lucas hace amistad con la hija de su gran amigo Theo (Thomas B Larsen). Clara (Annika Wedderkopp) tiene cinco años, asiste a las continuas peleas de sus padres y carece de comunicación con mayores, demasiado preocupados por sí mismos. Lucas le dedica tiempo y alegría, por eso ella se siente molesta cuando algo parece separarlos. Y arroja una mentira como una botella al mar.
La encargada del jardin de infantes recoge la mentira, la madre y el padre serán los que se enterarán después y la comunidad al final. La respuesta no se hará esperar y será cruel.
UN TEMA DIFICIL
El director de la recordada "La celebración", Thomas Vinterberg, con una mano ideal para tratar asuntos difíciles, elabora una suerte de red que encierra algo tan particular como una mentira. Pero una mentira que puede dañar a muchos y destruir a algunos. Y un pueblo lo cree y se fanatiza. Desde los padres de la pequeña ("Los niños no mienten", dice segura Grethe (Susse Wold), la madre), hasta los que,"por si acaso" comienzan a hacer a un lado al presunto culpable.
Con delicadeza y gran tacto, el director aborda el tema de la mentira convertida en rumor y las consecuencias de lo que cualquier rumor puede hacer en la vida de una persona.
Con un argumento similar al que Lilian Hellman planteara en "La hora de los niños", que William Wyler llevara a la pantalla, la película subraya un problema actual que puede destruir la vida de un individuo, o desencadenar un drama y que en varios casos ha causado tragedias que involucraron a personal profesional, no sólo en nuestro país.
Impecable formal y actoralmente, la película tiene un final discutible, pero es imprescindible para que los adultos mayores la analicen.