No matarás
Basada en un cuento corto de Richard Matheson (el mismo autor de Soy Leyenda), la tercer película de Richard Kelly, y primera con estreno comercial en Argentina –Las horas perdidas (Southland Tales, 2007) se editó en DVD-, La caja mortal (The Box, 2009) es un thriller que atrapa y perturba. Sin embargo, el espíritu mesiánico que la sobrevuela siempre lista para juzgar y aleccionar a sus personajes no le permite convertirse en una película aún mejor.
El film narra la historia de un matrimonio clase media (Cameron Diaz y James Marsden) en los Estados Unidos de los 70. No son pobres, pero tampoco les sobra: trabajadores tiempo completo, hijo becado incluido, cada fin de mes es una lucha contra la aritmética para estirar cada dólar lo máximo posible. Cuando un extraño aparece con una misteriosa caja y una valija repleta de dinero, la moral y la ética se enfrentarán con la posibilidad de oxigenar sus bolsillos.
Si hay algo que no le falta a Richard Kelly es ambición. Tanto Donnie Darko, film de culto que marcó su debut en 2001, como la magnánima y desmesurada Las horas perdidas, todos sus temores, alegría y paranoias se plasman sobre en el fílmico. La caja mortal no sólo que sigue esa línea sino que levanta la apuesta imaginando un final para una historia pergeñada por otro. El cuento de Matheson Button Button–con toda la connotación política que conlleva un botón capaz de matar en plena Guerra Fría-, no tiene más de diez carrillas, y no hay demasiadas explicaciones a los eventos que se desarrollan. Es en ese vacío donde Kelly pergeña su catarsis que incluye explicaciones supraterrenales, cápsulas de agua flotantes, servidores símil zombis vaciados de discernimiento, limbos, infiernos, y mucho más.
Pero hay una elemento ausente de su díptico anterior, un defecto quizá generado por la fuente literaria de la que bebe. El director de Donnie Darko se suben a un pedestal teísta desde donde muestra una intención demasiado clara de que cada quien reciba su merecido, al menos cinematográfico. Aquellos que pecaron de ambiciosos, que sucumbieron a la tentación del dinero fácil por sobre la civilidad y bonhomía tienen un dedito sobre su cabeza siempre listo para aplastarlo con cinismo y crueldad.
Aun con sus altibajos e irregularidades, el estreno comercial de La caja mortal merece celebrarse: estamos ante un director perteneciente al selecto grupo de grandes autores del cine norteamericano actual, uno de los únicos capaz de que su vida y obra se entremezclen en la pantalla grande.