La eterna fascinación del mar
La descripción de los personajes en la cantina portuaria y en la barcaza, no logran remontar en cuanto a profundidad, aunque la verosimilitud es mayor en el segundo de los casos.
La acción de "La campana" tiene lugar en el puerto de Mar del Plata, entre una población pescadora. El capitán de una humilde barcaza, antes de morir, encarga su hija adolescente a uno de sus compañeros, Juan, que terminará enamorándose de ella.
La película transcurre durante la época de Malvinas y alude a una leyenda que circula por la zona y que habla de la existencia de una suerte de campana que atrapa al marino y lo retiene varado en el mar por años, sin que la víctima tenga conciencia de lo ocurrido.
"La campana" incursiona dentro de lo fantástico, luego de un planteamiento realista que describe (en superficie), el ambiente pescador, su gente y las reacciones ante la convocatoria de la guerra de Malvinas (1982), contienda que se lleva, reclutado, a uno de sus marinos más jóvenes.
LOGRADOS CLIMAS
Opera prima de Freddy Torres, guionista del "El Nüremberg Argentino", formado en la Escuela de Imagen y Sonido de la Uba, el joven realizador se maneja bien en la narración visual, logra ciertos climas vinculados a la relación "mar-individuo" y apoyado por una excelente fotografía (Federico Gómez) entrega una bella visión del puerto de Mar del Plata.
La descripción de los personajes en la cantina portuaria y en la barcaza, no logran remontar en cuanto a profundidad, aunque la verosimilitud es mayor en el segundo de los casos. La música de Alejandro Kauderer, acertada en ciertos momentos, grandilocuente en otros, peca de invasiva y subraya excesivamente determinadas secuencias cinematográficas.
Hay buenas interpretaciones del protagonista, Jorge Nolasco, la joven debutante Rocío Pavón, María Fernanda Callejón en el personaje de la prostituta y Juan West como Lucho. Con la participación especial de Lito Cruz, en un veterano "lobo de mar" y Mónica Ayos en el papel de Rocío Pavón adulta.
Algunos pasajes de más, atribuibles a problemas propios de realizadores debutantes y ciertas sobreactuaciones, no impiden que este "melodrama fantástico" alcance cierto atractivo. Es interesante la dirección de arte de Aldo Guglielmone.