Historias de muerte en vida
La helada y angustiante soledad de la prisión de Ushuaia se hace documental en el primer largometraje de la argentina Lucía Vassallo, La cárcel del fin del mundo (2013). Una investigación de ágil narrativa que quiere adentrarnos en lo que fue durante más de cuarenta años la cárcel más austral del mundo.
La Colonia Penal al Sur de la Repu?blica Argentina es construida en 1883 y un año después se funda la ciudad de Ushuaia. Hoy, Carlos Pedro Vairo es quien dirige el Museo Mari?timo y Presidio de dicha ciudad y nos abre las puertas de un edificio que alberga historias de asesinatos, delincuentes, locura y mucha desesperanza. Los mismos protagonistas (guardias, enfermeras, policías y distintos empleados del presidio) recuerdan sus vivencias a sesenta y seis años de su clausura.
El film comienza con una representación interpretada por guías de la cárcel y los turistas de turno. Si ésta no fuera advertida con anticipación, uno podría tranquilamente pensar –salvando las evidentes distancias temporales– que eso efectivamente está sucediendo sin ninguna teatralización de por medio. El inicio marca el clima que el documental querrá buscar en la casi hora y media de duración. Y allí está precisamente su mayor logro. Sentimos el insufrible frío que vivían los presos –Cayetano Santos Godino, alias “El Petiso Orejudo”, Simón Radowitzky y Mateo Banks, entro otros–, la ineludible desolación que los invadía en sus celdas, o los fallidos intentos de fuga. No sólo los testimonios de las personas que vieron bien de cerca lo que era la vida en la cárcel de Ushuaia, sino también las imágenes y la banda sonora nos van metiendo dentro de ese mundo.
No encontraremos ninguna revelación periodística en La cárcel del fin del mundo. Los datos duros, la relevancia periodística o la información, de alguna manera, noticiable no son elementos que abunden. El detalle de la cotidianeidad vivida allí es lo más atractivo que encontramos. A su vez, Lucía Vassallo, por momentos, logra salirse de la cárcel propiamente dicha para hablarnos un poco más acerca de la ciudad de Ushuaia, alejada de todo e hija de un paradero de lo que la ley consideraba peligrosos delincuentes que había que excluir. Vale decir que –como se aclara en el documental– aquellos libros que registraban mayor información sobre la cárcel desaparecieron, por lo cual, la búsqueda de documentación al respecto no resulta una tarea fácil.
La cárcel de Ushuaia: un pasado que el promedio de la gente sabe de su existencia, pero no más que por arriba. La propuesta de la directora argentina puede ser una buena oportunidad para hilar un poco más fino.