La película "La carretera" es el extraño caso de un excelente filme, sobre todo porque supo hacer una adaptación fiel de la novela en que se inspiró. Es, también, una película que resulta pesada, cargada de pesadumbre, difícil de asimilar y, sobre todo, un canto a la dignidad humana sintetizado en el vínculo entre un hombre y su hijo recorriendo la carretera de un país (¿o planeta?) desvastado no sólo en términos geológicos sino también humanos.
Estas mismas sensaciones son disparadas sobre el lector por la novela del estadounidense Cormac McCarthy. Por esto, seguramente, la novela del autor de "En la frontera" y "Ciudades en la llanura" más que una fuente de inspiración fue para el director Hillcoat una joya literaria a traspasar al lenguaje del cine tomando el mayor de los recaudos a fin de que ni siquiera sufra un rayón en el intento.
Así, la película que uno se imagina mientras lee la novela de Cormac McCarthy será, casi con seguridad, la que verá en la pantalla grande. La atmósfera minimalista, el aire sucio, los bosques grises o gélidos, los suelos ásperos y la frialdad de los movimientos distanciada del melodrama pero, página a página y cuadro a cuadro, siempre al servicio de la historia: es decir de un futuro de pura incertidumbre ligado al presente sólo por el miedo y el deseo de llegar a, quizá, ninguna parte.
Los temores del padre en esta historia pueden ser los mismos miedos de nosotros como padres: el peligro y la muerte acecha al más pequeño. Y ese lazo tan fuerte que une al padre con el hijo en un contexto de situación límite –la más cruda supervivencia– hasta puede ser un duro cachetazo a los padres e hijos de hoy, inmersos, muchas veces, cada uno en su propio mundo virtual y egoísta.
"La carretera" trata de la odisea de un padre y un hijo (Viggo Mortensen y Kodi Smit-McPhee) vagabundos y sobrevivientes en una tierra devastada por un cataclismo, de cómo luchan por mantenerse vivos –anto frente al hambre como a las bandas de caníbales– o por retrasar la inevitable muerte, y también por llegar a la costa marítima del sur. Con un argumento parecido, cabe señalar, el cine produjo varios bodrios futuristas, con escenas desmedidas de acción y lacrimógenas.
Para quien no leyó la novela de Cormac McCarthy, la película le resultará también tan excelente como pesada, cargada de pesadumbre, difícil de asimilar y gris, muy gris, bajo las tristes melodías de Nick Cave.
Muy buenos trabajos del dúo protagónico y de Charlize Theron en los varios flashbacks con su contraste luminoso y colorido.